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Estrella Occidental

Concierto por la Patria: Cuba no es más la palma sola

10 Abril 2010  
Silvio Rodriguez en Concierto por la Patria.

Silvio Rodriguez en Concierto por la Patria.

Ya arrancó el Concierto por la Patria en Santiago de Cuba y La Habana. Cubadebate les ofrece la intervención de Silvio Rodríguez, Nancy Morejón y Miguel Barnet, entre los primeros oradores en la Tribuna Antimperialista de Ciudad de La Habana. También, las palabras de Teresa Melo, poeta, oradora en el antiguo Cuartel Moncada, donde se celebra el concierto santiaguero. Seguimos minuto lo que acontece en ambas ciudades e informamos también por Twitter y por Facebook.

Palabras de Silvio Rodríguez

Preguntas de un trovador que sueña

Si el flautista de Hamelín partiera con todos nuestros hijos ¿comprenderíamos que se nos va el futuro?

Si ese futuro que se nos va supiera adónde lo lleva el flautista
de Hamelín ¿partiría con él?

Si un huelguista de hambre exigiera que Obama levantara el bloqueo ¿lo apoyaría el Grupo Prisa?

Si los miles de cubanos que perdimos familia en atentados de
la CIA hiciéramos una carta de denuncia  ¿la firmaría Carlos Alberto Montaner?

Si algunas firmas meditaran antes de condenar las cárceles ajenas ¿resultarían incólumes las propias?

Si un líder del norte es un líder ¿por qué es caudillo el que nació
en el sur?

Si la política imperial es responsable de algunas de nuestras desgracias ¿no deberíamos liberarnos también
de esa parte de la política imperial?

Si condenamos la guerra fría ¿nos referimos a toda o sólo a la porción ajena?

Si este gobierno ha sido tan malo ¿de dónde ha salido este
pueblo tan bueno?

Aborto (marque con una cruz): asesinato, hedonismo, piedad

Homosexuales (marque con una cruz): Elton John advierte que
Cristo era gay

¿Quién le importa al PP? (marque con una cruz): ¿Zapata o Zapatero?

Si la Casa Blanca devolviera Guantánamo y acabara el embargo
¿qué posición (común) adoptaría el Kama-Sutra europeo?

Si el que hoy maldice ayer bendijo ¿con quién pasó la noche?

Si de veras nos haría tanto daño una amnistía
¿por qué no me lo explican?

Si la suma de ambas intransigencias nos extingue y la nada baldía nos arrastra al pasado ¿nuestros hijos
tendrán lo que merecen?

¿Qué pasa con los negros? ¿Qué pasa con los amarillos?
¿Qué pasa con los blancos? ¿Qué pasa con los
rojos, con los azules e incluso con los hombrecillos verdes?

Si alguien roba comida y después resulta que no da la vida
¿qué hacer?

Si otro Martí naciera entre nosotros ¿podría  ser emigrante, rapero, cuentapropista, ciudadano provincial en una chabola periférica?

Patria, Universo, Vida, respeto al semejante y todos Venceremos
un poquito.

Palabras de Teresa Melo

Todos somos Cuba

Estoy aquí como poeta santiaguera y cubana, pero no voy a leer un poema. Siento que no me alcanzan hoy las palabras de ninguno de los poemas que he escrito y publicado, para decir lo que quiero. Es también por eso que me acompaña la fuente de mi poesía de vida: mi hija Daniela. A ustedes, gente mía, dedico estas palabras breves que no son un poema; a ustedes, y a Daniela, como si ella fuera ahora, y lo es, todos los niños de Cuba.

También me he leído lo que se escribe de Cuba en estos días: los que la conocen y la defienden, los que quieren desconocerla y la denigran. Cada vez que las leo tengo presente que Cuba no es sólo la palabra del lugar en que nacimos. Yo soy Cuba, y ustedes, todos, somos Cuba. Estos muros cuya historia bien conocemos son Cuba, y esta tierra donde estamos, de la que son dueños los niños que aquí estudian, son Cuba. Así que yo no vivo, y ustedes no viven, en la imagen de Cuba de la CNN y de otros grandes medios de comunicación del mundo, porque ya sabemos que allí la realidad es distinta a la realidad, y que allí la imagen de las guerras se construye para que parezcan videojuegos, mientras en la realidad las guerras las pagan los niños que no podrán sonreír más a las mañanas del mundo. En aquella realidad, las bases militares son asépticos lugares donde ondea televisivamente la bandera norteamericana, cuando en la realidad son lugares exportadores de muerte en tierra ajena. Me reconozco en nuestra vida, hermosa y difícil, no en la imagen construida de Cuba.

Creo en el esplendente pensamiento de mi patria, traducido en poesía, alimentado por la esencial poesía que está detrás de las palabras del poema: sus materiales son la maravillosa gente, los árboles donde se abrazan los muchachos, las canciones del trovador, la esquina del barrio, la hora ruidosa en que los niños salen de las escuelas, el café de las mañanas, las bellas banderas, el color de las yagrumas, los corazones apretados por las imágenes de guerra en los noticieros, los libros en las montañas, una escuela para un solo estudiante, el campo recién sembrado y oloroso, los colores del equipo de pelota, el sonido de la corneta china y los cuerpos rientes de la Isla. Esa es la poesía que no saldrá nunca en las noticias de los enemigos de la belleza. Esa es la poesía que tenemos que seguir haciendo juntos.

Sé (sabemos) que una mentira repetida mil veces no se convierte en verdad, pero envenena criterios, distorsiona visiones y enrarece miradas. Así que también sé (sabemos) que tenemos que repetir una vez y otra vez nuestras verdades, contra el veneno, la distorsión y el enrarecimiento.

Creo, como escribió el poeta cubano José Lezama Lima, que nacer es aquí una fiesta innombrable. Ser parte de esa fiesta nos da el derecho a la luz y a la oscuridad, al sol y a sus manchas, al cielo azul y a la nube que es nuestra y que nos corresponde sólo a nosotros deshacer o convertir en lluvia.

Creo en la belleza de los colores de mi luz de patria. En el blanco de la paloma pintada por Pablo Picaso y la rosa franca de José Martí. En el blanco de las “almas de blanco” que entregan salud y sonrisa a los desvastados por sismos de la naturaleza y de las sociedades. En ese blanco creo, así que sé que ese símbolo es mío, es nuestro, es de Cuba.

Creo en la belleza de los gladiolos que nacen en mi tierra. Quienes ayer enarbolaron martillos creyendo destruir la música, quienes ayer destrozaron un pavorreal creyendo destruir el arte, quienes se hacen fotos junto a un torturado como trofeo, quienes creen en un Nobel de Paz con el uniforme de la guerra, no pueden enarbolar mis gladiolos. Ninguna flor crece abonada por el engaño, la manipulación, la hipocresía y el dinero. Así que este gladiolo y todas las flores que simbolizan la belleza, abonados por las manos que los siembran, son míos, son nuestros, son de Cuba.

Mientras recorremos los caminos de la Isla abiertos y ensanchados por las ganancias espirituales de los libros, otros pretenden fabricarse mártires con materiales en los que ninguna persona de bien puede creer. Pensemos nosotros en un poeta que no está aquí hoy, porque fue traído a las antiguas mazmorras del lugar en que estamos, el 26 de julio de 1953. Era el adolescente Raúl Gómez García. Ese día tuvo tiempo de escribir una nota a su madre que decía: Caí preso, tu hijo. Nunca regresó a su madre. Fue despedazado a golpes, torturado, asesinado, porque creía en los sueños que nos sostienen hoy, porque creía en los gladiolos y en la rosa blanca. De esa materia es que nacen los mártires.

Viva la vida. Nuestra vida. Viva Cuba.

Palabras de Nancy Morejón

Cuba no es más la palma sola

Más que nunca la Patria vive hoy su propia historia que es una sucesión de varias revoluciones renacidas en una sola, ésta, inmensa, más grande que nosotros mismos en cuyo seno alentamos los escritores, intelectuales, pensadores y artistas presentes esta tarde para proclamar nuestro incondicional amor a esta Revolución, a la Patria, ambas forjadas por todos nosotros para hacer honor a aquella idea martiana de que “Patria es humanidad”.

Como en La Demajagua, como en Baraguá, como en Girón y la Crisis de Octubre, Cuba es del mundo entero y no está sola porque, como una palma en el centro del Golfo, resume hoy la honda de David y se yergue ante la infamia y la mentira de la más reciente campaña, aviesa y agresiva, que pretende falsear nuestra imagen.  Durante medio siglo, hemos construido un proyecto humano y lo seguiremos construyendo en las más difíciles circunstancias.  Sabemos con cuánto ensañamiento y morbo los enemigos de siempre manipulan y tergiversan nuestra realidad.  Sabemos cómo financian a diario a voces detractoras para desacreditar nuestros ideales y acciones.  Hemos fundado una democracia imperfecta tal vez pero original y propia, mucho más participativa y legítima que la que nos intentan imponer.  No tienen moral los que han orquestado esta campaña para darnos lecciones de derechos humanos.  Detengamos esta nueva agresión contra una isla asediada y bloqueada durante medio siglo.

Con este concierto, nos unimos en defensa de la nación cubana y de la verdad; con su espíritu estamos expresando nuestro amor a la Patria que defenderemos siempre y, con la nobleza de este acto de fe, apelamos a la conciencia de todos los artistas, intelectuales, pensadores, mujeres y hombres de buena voluntad a que se unan a nuestro llamado en defensa de Cuba, de la Patria, que no es otra cosa que la defensa de la humanidad.  Cuba no es más la palma sola sino un bosque de solidaridad.

Palabras de Miguel Barnet

Empujando un país

En 1962, durante los días de la Crisis de Octubre, en los talleres de la UNEAC, escribí este poema que titulé Patria y dice:

No puedo esperar más
digo y vuelvo a repetir ahora
que cada día que pasa
quiero más este viento debajo de las hojas

Esta casa que mis ojos han visto diariamente
Que yo sabré cuidar
y la sombra del jagüey
Y la tierra

Pero no basta. Ahora van a oírme una voz
templada en el fuego
porque han preguntado por mí

Y me parece que se trata
de un amigo cercano
Y mi corazón me entiende
Y yo sé que a mi lado, en los pueblos, lejos, en el campo
hay una fuerza como el viento
que está dispuesta a defender la vida


45 años después, y como reafirmación a mi compromiso con la Patria y con la Revolución que ahora se ve de nuevo amenazada por el mismo enemigo de siempre, escribí estos versos que titulé Empujando un país:

Yo soy el que anda por ahí
empujando un país

No es una fantasía, es cierto,
me he pasado la vida empujando un país

Con grandes piedras del camino
y mis zapatos gigantes
he ido poco a poco empujando un país

Contra los grandes vientos
y la noche que chirría en sus goznes,
contra la falta de oxígeno
y los malos presagios
he hecho lo indecible por empujar un país

Pero hay muchas otras cosas que hacer
como amar en lo oscuro,
sin paredes por cierto,
o desgranar el arroz cotidiano con sabor a coleópteros,
o limarse las uñas frente a un espejo de azogue,
o jugar a la pelota
con los niños estrábicos del barrio

Así que perdonen si no escucho
Las quejas de mis contemporáneos

Yo no puedo hacer otra cosa
que seguir empujando un país

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