Gracias a la modernización de su tecnología, el radar de La Bajada radicado en el extremo occidental cubano, permite hoy mayor confiabilidad en la emisión de informaciones relacionadas con fenómenos atmosféricos.
Expertos afirman que su equipamiento garantiza más certeza sobre objetivos meteorológicos, al facilitar la ubicación territorial exacta, velocidad, el movimiento y su tendencia, entre otras posibilidades.
Sólo con décimas de grado de diferencia respecto al avión de reconocimiento, dispone de una cobertura de 300 kilómetros, y es posible distinguir un área que abarca hasta la Ciénaga de Zapata, una parte de Yucatán, zonas cercanas a Islas Caimán por el sur y una porción del Golfo de México.
En la actual temporada ciclónica, que arriba a su mes más peligroso, el colectivo del centro se mantiene atento y multiplica los partes como medida preventiva del sistema meteorológico para visualizar en el menor tiempo posible todo fenómeno que ocurra.
La instalación de la estación justo en la llamada cola del caimán, obedeció al elevado número de huracanes que se aproximan a la zona Oeste de Cuba y hace alrededor de un lustro fue digitalizado para bien de las observaciones del Instituto de Meteorología.
Desde su posición en la península de Guanahacabibes, constituye una herramienta importante para velar por cada uno de los organismos tropicales que se avecinen al archipiélago cubano.
Su construcción data de 1972 como resultado de un financiamiento otorgado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y comenzó a prestar servicios en agosto de 1973, según consignan publicaciones especializadas.
Previamente se organizó en la Isla de la Juventud un curso de calificación de operadores que permitió disponer del personal técnico necesario, y en el centro pinareño Raúl Rodríguez Llaugert y Gilberto Noda Barreras, tuvieron el privilegio de realizar la primera observación, bajo la supervisión de especialistas japoneses. Tomado del PERIODICO : GUERRILLERO Pinar del Río CUBA |
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