» Dr. José Rubiera, Crónicas del Tiempo Temporada de Huracanes pronosticada activa pero todo tranquilo en el Trópico
Lo que aparece en el título me lo recuerdan a cada rato en diferentes lugares por donde paso, sin embargo creo que no hay contradicción. Todo tiene una explicación lógica y la comentaré más adelante en este artículo.
Pero antes, permítanme y perdónenme, amables lectores, hacer una disgresión para agradecer a Cubadebate la oportunidad de tener esta columna semanal, en la que comentaré lo que sea noticia o importante en el estado del Tiempo y también tratar otros temas relacionados con la atmósfera, ese enorme océano en cuyo fondo vivimos. Esta columna me da la oportunidad, y yo diría que también el impulso necesario, para continuar escribiendo artículos divulgativos en la prensa. Lo hacía hace años, pero fueron abandonados entonces por otras actividades, que sigo aún teniendo (me he convencido que también es necesario darme a esta tarea de comunicarme con un gran número de lectores y, modestamente, contribuir así al incremento de la cultura sobre estos importantes temas).
Ahora, volvamos al primer párrafo. En primer lugar, hay que señalar que es totalmente cierto que están creadas todas las condiciones oceánicas y atmosféricas para que tengamos una activa temporada de huracanes 2010 en el área del Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México.
Por supuesto que tal afirmación no sale de la nada, sino aplicando los más modernos métodos científicos y analizando los datos disponibles para una extensa área desde el Pacífico hasta África occidental. Existe en esta ocasión una coincidencia total en todas las entidades científicas, que emiten este tipo de pronóstico, sean los de la NOAA y la Universidad de Colorado en los EE.UU, los realizados en el Reino Unido, y también los realizados en Cuba.
Aunque estos pronósticos son generales para un área inmensa y no permiten aseverar qué lugares pueden resultar afectados por un huracán, sí son una medida de cómo se espera la actividad ciclónica, y mientras más ciclones hay, también hay más probabilidades.
Para que se formen y se desarrollen ciclones tropicales se requiere fundamentalmente de:
1. La existencia de alto contenido de calor en las capas superficiales del océano. Esto proporciona el combustible necesario;
2. Que la distribución del viento desde la superficie hasta los 12 kilómetros de altura, sea tal que no existan grandes diferencias. Esto hace que la energía de la circulación ciclónica pueda concentrarse en el plano vertical desde la superficie hasta la alta atmósfera;
3. También es necesario que existan áreas de lluvias y chubascos durante varios días en una misma zona. Esto lo proporciona una Onda Tropical o bien otro tipo de perturbación pre-existente;
4. No debemos olvidar que en todos estos años, debido a las condiciones del llamado ciclo multidecadal del Atlántico, nos encontramos dentro de un período ciclónico activo desde 1995, el cual pudiera durar todavía unos 15 ó 20 años más.
Dicho lo anterior, veamos cómo se presentan los diferentes elementos relacionados con la actividad ciclónica en el Atlántico. Las temperaturas en la superficie del océano han adquirido altos valores de anomalías positivas récords ya desde marzo y abril. Quiere decir que hay muy elevado contenido de calor oceánico en el Atlántico tropical. En la pasada semana, las anomalías reportadas eran mayores de 1.5 grados Celsius por encima de los valores promedio de muchos años. Así que combustible hay…. y creo que en demasía. Algo similar, pero en menor grado, ocurrió en el 2008 y también en el 2009.
Sin embargo, la del 2009 fue una temporada mucho menos activa que la del 2008. ¿Y saben cuál fue la gran diferencia? Que en el 2009 estaba presente el efecto de “El Niño”, que se traduce en fuertes vientos en la atmósfera superior a 10 - 12 kilómetros de altura, lo que no permite que se concentre la energía en la vertical, y así faltaba la condición 2 enunciada en un párrafo anterior.
Pero en el 2010 ya no existe ya ”El Niño”, sino que está presente la condición contraria evolucionando hacia ”La Niña” ya en estos días de julio, con la cual los vientos en altura son débiles y no hay grandes diferencias con los vientos superficiales. O sea, se presenta una condición muy favorable para el desarrollo de ciclones tropicales en el Atlántico. Y ahora no les hablo más acerca de ”El Niño” o la “La Niña”, porque será objeto de otro comentario.
A esta altura de nuestro razonamiento pudiéramos decir: “bien, estamos convencidos de que nos enfrentamos a una activa temporada de huracanes en el 2010, porque lo demuestran los datos de los elementos que lo favorecen, pero… hasta ahora ha pasado muy poco”. Sólo “Alex” el pasado mes de junio….. Sin embargo, hay que decir que es totalmente normal que esto sea así.
La temporada de huracanes del Atlántico, que comienza el 1 de junio, se manifiesta con el período más activo desde agosto, especialmente después del 15 de ese mes, y durante septiembre, que alcanza el máximo de actividad, y octubre, que alcanza un máximo secundario, disminuyendo nuevamente la actividad en noviembre. Para ello existen, por supuesto, sus causas. En primer lugar, que el anticiclón del Atlántico se encuentra todavía muy fuerte en junio y julio. En este mes toma una forma alongada, como en una enorme cuña desde su centro del Atlántico hasta el Golfo de México, donde forma usualmente un centro anticiclónico secundario. Además, es usual que en julio, y en la primera quincena de agosto, se produzca la intrusión de aire muy seco procedente de África, acompañando a las oleadas de polvo del Sahara que cruzan el Atlántico oriental, lo que está ocurriendo en la actualidad (quizás, este puede ser un futuro tema para otro comentario).
De esta manera puede concluirse que debemos mantener la preparación en toda en área del Caribe, Golfo de México y costa atlántica de Norteamérica, ante la amenaza de una activa temporada de huracanes. Todas las condiciones son favorables a ello….. y ojalá se equivocaran estas aseveraciones.
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